Herencia/Evolució (1800s)
A estas alturas, las historias de los pinzones de Charles Darwin, los guisantes de Gregor Mendel y los amplios estudios naturalistas itinerantes de Alfred Wallace se han convertido en una tradición común tanto dentro como fuera del mundo de las ciencias biológicas. Pero sus conclusiones de largo alcance ayudaron a estimular la explosión del crecimiento en el área de la biología durante los últimos 170 años. Y aunque se necesitaría el descubrimiento del ADN en la década de 1950 para sembrar las semillas de los estudios evolutivos genéticos, todos tenemos una deuda con estos fundadores naturalistas que sentaron las bases para muchas de las cosas que ahora damos por sentadas mientras realizamos nuestras investigaciones.
Antibióticos (1928)
Electroforesis en Gel (1931)
Es difícil imaginar cualquiera de mis laboratorios sin el siempre presente mesón con equipos de gel, ya sea tarareando el sonido de la corriente eléctrica, separando obedientemente proteínas, ADN o ARN; o sentado vacío y esperando pacientemente por otro gel de agarosa o acrilamida. Es igualmente notable darse cuenta de que la electroforesis, tal como la conocemos, fue descubierta en 1931 por Arne Tiselius e incluso se realizó un trabajo anterior a principios del siglo XIX que sentó las bases para que el aparato de Tiselius diferenciara entre proteínas. Pero no fue hasta la década de 1940 que los científicos comenzaron a usar matrices de gel para separar compuestos en bandas discretas. Y no fue hasta la década de 1960 que la electroforesis en gel se usaría realmente para comenzar a identificar el ADN y otras moléculas biológicas que darían origen al campo de la biología molecular.
La estructura del ADN (1952-1953)
ADN Polimerasa (1956)
En 1956, Arthur Kornberg y su laboratorio cambiaron para siempre el mundo de la biología molecular con el descubrimiento de la ADN polimerasa de las células de E. coli. En un instante, los científicos finalmente pudieron sintetizar nuevas secuencias de ADN en una hebra de ADN existente. El uso de la ADN polimerasa original y las polimerasas posteriores descubiertas por el hijo de Arthur, Thomas Kornberg, y otros han creado la base de la biología molecular en lo que respecta a la PCR, la clonación, la transformación y la secuenciación. Sin estos caballos de batalla del laboratorio, mucho de lo que entendemos actualmente sobre nuestro ADN y nuestra vida sería inexistente.
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